Juan Carlos Valdivia
¿Es el anticomunismo más fuerte que el antifujimorismo?
¿Funcionará la nueva estrategia de PPK?
El presidente Kuczynski inició la semana mostrando las primeras acciones de su estrategia para evitar su destitución por el Congreso de la República. Y aunque era lo que se le exigía, no inició su defensa dando explicaciones por las mentiras dadas a una comisión parlamentaria ni mostrando los documentos que acreditan su separación de la empresa Westfield. Tampoco explicó las diferentes decisiones que como funcionario público tomó y que favorecieron a empresas con las que había tenido relaciones comerciales.
Por el contrario, el presidente Kuczynski inició su defensa mostrando un enemigo ante el cual luchar: el comunismo que lo quiere vacar. Y una historia en la que se victimiza y busca fortalecer sus relaciones con su aliado: el fujimorismo liderado por Alberto Fujimori que debe respaldarlo frente a la historia creada de que lo quieren vacar por el indulto.
“No renunciaré por una presión paroxística mediática” afirmó el todavía Presidente Constitucional mostrando una firmeza no vista con anterioridad. Lo hacía en un auditorio lleno de empresarios, mientras que en el Congreso se conocía que sus aliados (los fujimoristas que siguen a Alberto Fujimori) obtenían un nuevo integrante.
PPK sabe que tiene que contar con los votos necesarios para impedir que se apruebe una vacancia. Y para ello depende absolutamente del albertismo y de que este logre desgranar a la bancada del keikismo diez miembros más. Si la bancada que lidera Kenji Fujimori logra reunir veinte miembros, y a ellos se le suman los votos de APP y del pepekausismo, la vacancia no alcanzaría los votos requeridos. Y mientras esta tarea de buscar adeptos para el albertismo continua, va tratando de construir una historia que sea creíble para la derecha económica, la que será respaldada por ministros y los congresistas especializados en defensas poco creíbles, como Juan Sheput.
Cualquiera hubiera esperado que en las primeras declaraciones que se le escucharan, el todavía presidente del Perú respaldara a su canciller en el enfrentamiento con la dictadura de Maduro. Eso todavía no ha sucedido. PPK ha preferido iniciar su defensa antes que la de la posición oficial del país. Es cuestión de tiempos. Primero la vacancia, luego el enfrentamiento con Maduro.
Un defensa que no busca aclarar la situación de Kuczynski, sino construir una historia que pocos creerán. Tiene además un riesgo no contemplado: ¿Qué pasa si la Corte Interamericana anula el indulto? ¿La bancada albertista seguirá respaldando a PPK si acepta lo que probablemente disponga la Corte?
Quienes han diseñado la estrategia de defensa de PPK deben haber evaluado esta variable, y seguro tendrán una posición que pronto conoceremos. ¿Será el anticomunismo más fuerte que el antifujimorismo? Pronto tendremos la respuesta.
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