Entre Dick Tracy y Conan el Bárbaro

La violencia y la inseguridad son problemas que, junto a la corrupción, vienen destrozando la esencia humana, pues destruyen los niveles de confianza necesarios para vivir y compartir escenarios y proyectos de vida colectivos. En relación a ello, Comex Perú (Sociedad de Comercio Exterior del Perú) en su semanario 1167, señala el incremento de los índices de criminalidad. Según el INEI, estos índices se hallan en crecimiento, retornando a momentos similares a los de prepandemia.

Las circunstancias que vienen ocurriendo en torno a la inseguridad –expresada en robos de celulares, asaltos a mano armada, secuestros y ataques terroristas, entre otros– están llevando a que la población, en salvaguarda de su propia vida, busque individual o colectivamente algunas respuestas que permitan mejores o mayores oportunidades de tranquilidad. El problema radica en que, al ir en ascenso, resulta altamente probable que “tiñan” el espacio social, convirtiéndose en algo incontrolable. esto sería un caldo de cultivo para el crecimiento de organizaciones delincuenciales que se sumen a las existentes, logrando un estrecho vínculo con la ilegalidad, narcotráfico. Y por qué no decirlo, del terrorismo, emulando situaciones vergonzosas como las que se vive en algunos países vecinos.

Dicho ello, es menester anotar que un paso importante en la lucha contra la inseguridad y el crimen organizado es el logro de mayores niveles de empatía entre la población y las instituciones encargadas de la seguridad. Nos referimos fundamentalmente a la policía, sin dejar de lado el funcionamiento de grupos ordenados que responden a las municipalidades o incluso a los del sector privado. Resulta necesario trabajar formas de acercamiento y alianzas para velar por el bien común; es decir por la estabilidad y seguridad de un orden justo. Se trata de responder con energía y capacidad de combate, puliendo o construyendo políticas de defensa interna. Y eso hace necesario el surgimiento de un liderazgo que logreel encuentro entre necesidades individuales y locales con las de orden nacional, a fin de que las respuestas al ser coordinadas resulten en verdad efectivas.

A propósito de lo señalado, vale comentar que la lucha contra la violencia, la inseguridad y el crimen organizado ha tenido hitos importantes en el desarrollo de la humanidad. El éxito ha estado relacionado con la generación de una conciencia colectiva que visualice, repudie y, en consecuencia, actúe de manera comprometida yuxtaponiendo una serie de valores expresados en el respeto al bien común y a la vida. Para ello se han utilizado íconos como ejemplo de valor y heroísmo, que lograron posesionarse en las mentes y corazones de la población.

Los más “añejos” podemos recordar cómo entre los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, en el ánimo de despertar en las mentes de las personas la férrea lucha contra esta lacra y amparado en eventos reales surgiría en Estados Unidos, el publicitado cómic de Dick Tracy (testigo de la muerte de sus suegros y el rapto y posterior asesinato de su novia por vándalos), policía investigador e implacable en la lucha contra el crimen; un héroe creado para ese fin, cuya imagen incentivaría a muchos jóvenes de entonces a ponerse en la fila del combate contra la violencia. Y vaya que tuvieron éxito.

Entre el comic policiaco de entonces, los anónimos surgidos en distintos lugares del planeta y el accionar de Nayib Bukele en El Salvador, se ubica el deseo de muchos peruanos por que emerja su propio “Conan el bárbaro” como justiciero del bien y expresión real de voluntad de lucha contra el crimen organizado que va de la mano con la ilegalidad, narcotráfico, corrupción y terrorismo imperante en las distintas células que corresponden o que conforman nuestra sociedad.  

En ese sentido, la utilización de las estrategias más adecuadas que superen (ahora que hay un avance de La ciencia la tecnología) las tradicionales acciones de inteligencia, requiere definitivamente instancias encargadas de llevar de manera acelerada procesos de investigación seguimiento y sanción a quienes actúan en contra de los intereses de los peruanos. No olvidemos lo afirmado por Arnold Schwarzenegger: “El primer deber del Gobierno y la mayor obligación es la seguridad pública”.