Dardo López-Dolz
Elegir en positivo
Para no perder otros cinco años
Todos los economistas del mundo coinciden en que los próximos años serán difíciles, y que probablemente pasarán décadas antes de que se repita una coyuntura tan favorable como la de los últimos cinco años, que ya perdimos por no elegir bien.
Pronto los peruanos iremos a las urnas y va a ser necesario elegir líderes serenos pero firmes en el Ejecutivo, sin destemplanzas oportunistas y sin el insostenible populismo demagógico. También deberán estar libres de añoranzas de los fracasos de los años sesenta y setenta, de la CEPAL y del homicida romanticismo socialista que hundieron a las economías sudamericanas, reduciendo su capacidad para generar puestos de trabajo y condenándolas a repartir miseria.
Los gobernantes que elijamos van a necesitar un equipo de especialistas con experiencia en cada sector, que cuenten con habilidades probadas de planeamiento realista de escenarios y con reflejos sumamente finos. Pero casi todos los candidatos que pelean hoy por el segundo puesto en esta primera vuelta, han apostado por teóricos de gabinete, “sacha sabios” de ONG, nutridos del autobombo y el aplauso de sus colegas, y que no se cansan de pregonar su supuesta eficiencia, honestidad y transparencia (quienes poseen todas estas virtudes no necesitan autobombo). Ninguno de ellos podría con la realidad, que viene dura una vez más.
Los expertos de balcón, los adictos al estudio eterno de las causas, poco afectos a arremangarse y solucionar los problemas, no nos sirven. Los que insisten en replicar el destructivo manual del Foro de Sao Paulo, no nos sirven. Todos ellos omiten deliberadamente ver la delincuencia, la corrupción superlativa o el abuso criminal del Estado sobre el individuo que ese Foro castrista ha desplegado.
Los que en pleno siglo XXI siguen buscando causas y culpables para la pobreza, fracasan irremediablemente por no entender lo que está sumamente claro: que la pobreza es el estado natural en que nace todo humano. Todos nacemos desnudos y sin nada; lo que obtenemos es fruto, primero, del esfuerzo de nuestros padres y luego de nuestro propio esfuerzo.
Un candidato y una candidata al segundo puesto en primera vuelta insisten en manejar añorando tiempos pasados que no fueron mejores, mirando constantemente el espejo retrovisor. Miran sólo hacia atrás y además lo hacen con un ojo parchado. Él se niega a ver la debacle económica y de inseguridad a que nos condujo el manejo del país con los pies, a mucho “pies” de altura; ella, tras un conveniente pleito con su jefa, se niega a ver la violencia homicida desatada por su admirado y difunto Hugo Chávez, y ha incorporado en su lista y su equipo de trabajo a gente de la Coordinadora Continental Bolivariana, los mismos que trabajaron hasta ayer para Nadine. El camino que ella y él plantean ya lo recorrimos, y aún no acabamos de recuperarnos de esos errores.
El otro candidato al que las encuestas adjudican buenas probabilidades de alcanzar el segundo puesto cuenta con experiencia, pero por sus patinadas magistrales parece tener dificultades para lo esencial: sintonizar y entender al peruano de hoy. Su equipo, aunque mejor en materia económica que los otros dos mencionados, adolece de lo necesario para enfrentar el principal problema que hoy nos agobia: la inseguridad que crece por la inmadurez e inexperiencia pertinaz del presidente y su círculo más cercano. Ha elegido el balcón y el gabinete para mirar y opinar, olvidando que la calle es dura.
Toca votar por quien reúne las facultades personales y el equipo necesario. Toca votar en positivo.
Dardo López
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