Jorge Morelli
El sainete ya no da risa
El ministro Daniel Figallo podría ser objeto de una acusación constitucional
Lo fundamental es que ya no hay forma de que Belaunde Lossio obtenga el status de colaboración eficaz. Esta es la victoria, irreversible ya, de los procuradores Vilcatoma y Salas. El resto es agitación inconducente.
Que si el presidente Humala dice que la Procuradora “se saltó los conductos regulares" al pedirle la renuncia del Ministro; que si Nadine Heredia la critica por “divulgar información del caso Belaunde Lossio”; que si Ana Jara dice que Vilcatoma “violó la legalidad” por grabar al Ministro; que si el propio Ministro exhorta a los procuradores a “no seguir conspirando contra el caso Belaunde Lossio”, todo es bravata sin sentido y sin consecuencia.
El público, mientras tanto, sigue divertido esta comedia de despropósitos. Uno no sabe si reír ya, sin embargo, cuando luego del ampay al Ministro, grabado en su reunión con la Procuradora y un asesor presidencial -por la que el país se ha enterado de sus penosos rodeos para entrar en la materia de cómo hacer para que Belaunde Lossio califique como colaborador eficaz-, trata de salir del paso diciendo que lo que le interesaba en realidad era el funcionamiento del mecanismo en abstracto, sin conexión con ningún caso particular. El público, de pronto, siente que lo toman por tonto.
El Ministro ha violado la independencia de poderes y con ello, además de una interpelación parlamentaria o la censura, podría hacerse acreedor de una acusación constitucional. En este punto se hallaba el culebrón cuando el titular de la cartera resolvió agravar su situación con otro despropósito. Lejos de renunciar mostrando algún instinto de supervivencia, ha tenido la insensatez de cesar a la Procuradora en plena entrevista televisiva. El respetable ha comenzado a incomodarse de ver este abuso.
A todo esto, el Fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia, guarda silencio en veinte idiomas. No tiene nada que decir.
Le esperan sorpresas al Ministro. Para comenzar, la Procuradora lo ha denunciado penalmente e, insólitamente, ha enviado una carta al Presidente exhortándole a despedirlo. Argumenta, además, que no pueden cesarla. La ley prohíbe a un funcionario despedir a otro que denuncia una irregularidad en su contra. La Procuradora, además, se dirige al Contralor pidiendo reposición.
El Ministro, en acto que ya no ha hecho reír al público, se ha tirado de cabeza a una piscina sin agua. Es hora de retirarlo discretamente de la escena antes de que el respetable rompa las butacas.
Por Jorge Morelli (@jorgemorelli1)
(10 - dic - 2014)
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