El precipicio comunista de Perú “Libre”

A diferencia del engaño que sufrieron los venezolanos cuando el Comandante Hugo  Chavez se comprometió a respetar la democracia en la nueva constitución que anunció en campaña, el candidato Pedro Castillo ha registrado formalmente (en el JNE) el Plan de Gobierno  elaborado por Vladimir Cerrón, líder del partido Perú “Libre”. Este plan propone un comunismo inspirado en la Cuba castrista, donde el corrupto ex gobernador estudió su carrera y se mimetizó con la feroz dictadura marxista que gobierna la isla hace 62 años.

Nuestro maestro de primaria ha dicho y se ha desdicho muchas veces de sus imprudentes frases y de las propuestas radicales del Ideario de Cerrón, hartándonos con la eterna invocación al “pueblo” para santificar sus errores y despropósitos. Pero no ha llegado a explicar la magia presupuestal que le permitiría destinar un 10% del PBI a la educación y un 10% más a la salud pública.

Lo que el maestro sí ha indicado claramente son sus propuestas de torpedear la calidad de la educación superior mediante el libre ingreso –sin exámenes– a las universidades; y de afectar las prestaciones de salud con prohibiciones y trabas que destruirían la eficiencia de las clínicas privadas y la libre competencia entre farmacias (vía controles que alimentarían la corrupción). Con la misma sinceridad prometió destruir o eliminar instituciones como la Defensoría del Pueblo, el Tribunal Constitucional o SUNAFIL, y desnaturalizar otras como SUNEDU, para luego rectificar cínicamente sus declaraciones.

Peor suerte ha corrido su relación con la prensa, al confundir sus informaciones con campañas políticas financiadas por sus enemigos, olvidando que sus huestes partidarias persiguieron y hostilizaron a periodistas en Ayacucho.  Tampoco ha recordado declaraciones que revelan la intención de aplicar medidas que controlen la libertad de expresión, uno de los derechos fundamentales que consagra la Constitución que, un día más y otro menos, ha amenazado cambiar con otra, a la medida, aplicando los métodos chavistas anunciados por  Cerrón.

No obstante, la mochila del “Profe” Castillo arrastra tantos otros lastres que solo es posible enumerar los más negativos: 

– Una aguda conflictividad en el Congreso, donde Perú “Libre” y sus aliados confrontarían con la mayoría de bancadas adversas;

– Frecuentes crisis con el Parlamento que generarían una profunda inestabilidad política;

– El vínculo CONARE/MOVADEF (y sus probables ramificaciones con el narcotráfico); 

– La intención de ideologizar las instituciones militares, policiales, fiscales y judiciales, y legitimar la participación de los ronderos;

– El propósito de politizar la diplomacia profesional; 

– La exacerbación de la xenofobia: ha anunciado que el 28 de julio expulsaría a “todos” los extranjeros del Perú; 

– La prohibición de importaciones y denuncia de los Tratados de Libre Comercio, quebrantando el Derecho Internacional y la normatividad de la OMC, y provocando arbitrajes internacionales de consecuencias muy onerosas para el Perú;

– El aislamiento político, económico, comercial y financiero;

– El apartamiento de la APEC y la Alianza del Pacífico;

– El descalabro de la inversión privada;

– El aumento del riesgo país y el costo del financiamiento externo;

– La aplicación del fracasado modelo de Evo Morales a la minería y la explotación de los recursos naturales;

– Nuestro ingreso al Foro de Sao Paulo y la asociación con los funestos gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Argentina;

– La desestabilización de la estructura constitucional y la seguridad jurídica del Perú, con peligrosas amenazas a la propiedad y la empresa privadas que garantiza el Estado de Derecho.

Este rosario de consecuencias lamentables no nacen de una imaginación enardecida sino de los planes, declaraciones y documentos de Castillo y de Perú “Libre” (entre comillas) que alimentan una campaña electoral verdaderamente amenazadora.

¿Será posible que los peruanos sean tan inconscientes de votar por un futuro tan desolador para nuestro país?