Úrsula Letona
El Perú y su destino, nuestro compromiso
Debemos concentrarnos en la solución de los graves problemas que afrontamos
No cabe duda de que la crisis política ha generado desafección de la ciudadanía hacia sus dirigentes, de forma especial hacia los políticos. No obstante esta situación, que enfrentamos los directamente involucrados en política, el rumbo trazado resulta absolutamente claro: no se podía ceder un ápice en la lucha contra la corrupción. Algo que seguramente, luego de menguar el caldeado espectro que hoy nos envuelve, será valorado en su real dimensión.
Consideramos que se ha puesto contra las cuerdas a los corruptos, y que todos sin excepción han sido receptores del mensaje, acentuado con toda la situación y actos que rodearon la renuncia del señor Kuczynski: no debe existir relativismo moral contra la lacra de la corrupción. Esta que, a su vez, tanto daño le hace a nuestro país, en especial a los más pobres, pues con los recursos direccionados hacia la corrupción algunas de sus necesidades, que son muchas, podrían haberse cubierto.
Ahora cabe fijar otros puntos de agenda adicional, que también reclama el país, a fin de concentrarnos en la solución de otros graves problemas que afrontamos, sin permitir que el odio polarizador nos distraiga de estos nuevos objetivos. Parte de los aspectos centrales de las reformas que debemos emprender tiene relación con profundizar la descentralización para que funcione en todas las regiones, a fin de que el éxito de estos procesos sea la regla y no la excepción.
Esta reforma pendiente puede ser debidamente encauzada y enfocada, pues los dos más altos representantes del Poder Ejecutivo, el señor presidente Vizcarra y su futuro premier, han desempeñado la función de presidentes regionales. Por lo tanto, son conocedores del potencial que puede significar el óptimo funcionamiento de las entidades regionales y su impacto positivo en su habitantes; así como de todos los problemas y limitantes que enfrentan. Pero de forma especial, el mejor aprovechamiento de los recursos del canon, que en algunas regiones han sido medianamente aprovechadas y en otras parece que tales recursos se esfuman en el aire. Todo ello requiere de un nuevo enfoque de cara a que funcione a plenitud la autoridad regional.
La propia OCDE y otras entidades académicas han abordado con profundidad el tema. Así la OCDE, en su publicación Estudios de la OCDE sobre Gobernanza Pública: Perú: Gobernanza integrada para un crecimiento inclusivo, ha establecido una serie de recomendaciones sobre gobernanza multinivel para nuestro país, que implican desde la implementación de arreglos a nivel estructural en la PCM, hasta el fortalecimiento de las capacidades de coordinación entre las regiones y el Gobierno.
En esta línea nos aunamos a lo señalado por Víctor Andrés Ponce, quien indicó que ya se tiene mucho diagnóstico, y ya es hora de pasar a la acción. Pero es sumamente importante hacer una medición concurrente para determinar que el proceso se viene encausando debidamente y logrando los objetivos trazados para cada etapa. Ello con la finalidad de evitar que se sabotee la reforma.
Los gestos que ha tenido el presidente Vizcarra esta semana —como asistir a colegios a días de haber iniciado el nuevo año escolar, o atender una supuesta negligencia médica— son detalles que nos hacen pensar que habrá un cambio positivo y que el Gobierno por fin se preocupará por el ciudadano de a pie. Sin embargo, es necesario que las buenas intenciones se plasmen en hechos concretos en el más breve plazo; y ello implica empezar a abordar las reformas, como el tema relacionado a la descentralización.
Por todo ello, es importantísimo que el Gabinete cuente con personas que se destaquen por su capacidad de conciliar y tender puentes. Definitivamente confiamos en que el señor César Villanueva cuente con esas capacidades y marque la diferencia con su predecesora, que enfrentó al Poder Ejecutivo con el Poder Legislativo. Desde el Congreso seguiremos colaborando con el Ejecutivo para sacar adelante a nuestro país.
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