El Perú a plazos

El presidente Martín Vizcarra ha dicho que no descarta cerrar el Congreso de la República, lo que comprobaría, una vez más, la tesis de que en el Perú no siempre se cumplen los plazos. Es decir, puede que no haya un 2021, como algunos esperaban, sino un 2019, 2020 o quién sabe. La historia da testimonio de ello. En el año 2000, reelegido el dictador Alberto Fujimori, nadie podía imaginar la inmediata debacle del fujimorato, que terminaría llevándonos a un nuevo proceso electoral en 2001, previsto inicialmente para 2005. No se cumplió el plazo.

En un país, mayoritariamente anti Congreso, sea por el gasto que representa un parlamentario o la calidad de los representantes, el presidente Martín Vizcarra, sin querer, ha dado en el gusto de una inmensa mayoría que se agita al grito de “cierren el Congreso”. Sin embargo, todo ello puede revertirse fijando un tope al gasto del Congreso.

¿Qué está precipitando tanto al Gobierno? Hace pocos días el fiscal Pedro Chávarry, al parecer, en respuesta a los ataques que viene recibiendo, decidió abrir el caso del Aeropuerto de Chinchero, que tiene entre sus investigados al ex ministro de Economía Alfredo Thorne, economista que ha laborado en el Banco Mundial y J.P. Morgan. Envuelto en este escándalo político, lo más probable es que Thorne termine ofreciéndose como colaborador eficaz.

Mientras tanto, como como dijo una funcionaria de este Gobierno, no se construye ni un solo hospital desde 2011, y además 650,000 niños menores de tres años sufren anemia. Es decir, existe menos justicia social que al término del 2011 por la falta de experiencia en los gobiernos, y la llegada al poder de aventureros que no tienen la preparación para ejercer los cargos que ostentan.

El Perú no puede seguir deteniéndose por causa de los conflictos políticos, que aplazan su desarrollo. Un llamado al entendimiento es urgente. Esperemos que prime el país y los plazos se cumplan.