¿El gobierno del Gran Bonetón?

Cambiamos de presidente, pero parece que sigue el statu quo en la esfera gubernamental. A la fecha, nada parece diferenciar el gobierno de Francisco Sagasti del de Martín Vizcarra, y haría bien en marcar distancia para dejar de cargar con el sambenito del continuismo. A menos que efectivamente lo sea.

Sagasti ha señalado que tiene tres objetivos: un proceso electoral transparente, enfrentar la pandemia y recuperar la economía. Sin embargo, la realidad lo está desbordando. Un proceso electoral transparente requiere contar con sistemas informáticos seguros, confiables y verificables por todos los participantes; además de que los medios de comunicación mantengan un equilibrio informativo con relación a los candidatos que postulan a la primera magistratura. 

Recordemos que tras la caída del fujimorismo en el 2000, los partidos democráticos cuestionaron el control que por entonces se ejerció sobre las líneas editoriales de los medios de comunicación. En la actualidad no existe algo similar, pero la unanimidad o el beneplácito hacia algunos de los candidatos limita que la ciudadanía conozca o se forme una opinión informada respecto de tal o cual propuesta de programa de gobierno.

Argumentar que la selección se hace en función a las “fotografías de momento”, las encuestas, resulta muy relativo, tal como lo demostró el Frepap, que en las pasadas elecciones congresales obtuvo una gran votación que no había sido registrada por las encuestadoras. Por nuestra parte, rechazamos la suspicacia de quienes manifiestan que las encuestadoras presentan un resultado previamente acordado con algún interesado. Un proceso electoral transparente implica también garantizar que la libertad de expresión no se convierta en libertad de exclusión.

Con relación a la pandemia, si a la fecha no se ha concretado la adquisición de vacunas con alguno de los laboratorios internacionales, sería conveniente que se respalden los estudios que realizan científicos nacionales. Como los desarrollados por la Universidad Peruana Cayetano Heredia en pruebas de descarte tan efectivas como las moleculares, y que permitirían establecer los denominados cercos epidemiológicos o la vacuna contra el Covid-19 ofrecida gratuitamente por el médico e investigador peruano Dr. Manuel Fernández. 

¿Qué dice la titular del Minsa al respecto, tan diligente para descalificar a algunos médicos por optar por la práctica privada? Esperemos que al culminar el gobierno de transición no se escuche una frase similar a la de uno de sus antecesores: “justo íbamos por iniciar la vacunación cuando culminó mi mandato”.

Recuperar la economía tiene una gran trascendencia, porque su dinamismo refleja el bienestar de las familias. Es decir, que si mejora la economía también mejora la generación de puestos de trabajo, el consumo y, por ende, los ingresos fiscales. Sin embargo, lo que registra la realidad es una actitud que linda con la pusilanimidad cuando se trata de garantizar la seguridad ciudadana y el orden público. ¿Se habrán enterado que la toma de carreteras vulnera el libre tránsito de las personas y que esa es una garantía constitucional? No se trata exclusivamente de las tirantes relaciones entre unas agroexportadoras y un sector de sus trabajadores, se trata de que los reclamos de unos y otros no pueden afectar los derechos de terceros.

Algo similar ya se viene haciendo costumbre en el corredor minero del sur, cuando se impide el traslado de concentrados desde la mina Las Bambas hacia el puerto de Matarani. Esto afecta las exportaciones de cobre precisamente en el período que este metal está registrando un ascenso en sus cotizaciones, lo que limita un mayor ingreso de dólares a la economía para compensar el alza que registró esta moneda. En adición, en la pequeña y mediana minería se siguen registrando hechos de violencia, como la ocupación de minas en la provincia de Caravelí (en la región Arequipa), o los hechos que se producen habitualmente en el cerro El Toro (en la región La Libertad).

En consecuencia, cabe preguntarse si estos acontecimientos constituyen sucesos aislados o existe un gran titiritero detrás de ellos. Ojalá algún día, quienes gobiernen dejen eludir sus responsabilidades y de jugar al Gran Bonetón.