Eduardo Zapata
El fútbol y PPK
El Gobierno perdió una de sus tres balas de plata
Desde el punto de vista de la comunicación política —lo dijimos en una nota anterior— el Gobierno tenía tres balas de plata para crear atmósferas favorables a la gobernanza. Una de ellas era obviamente la clasificación al mundial; la segunda, la visita papal; y la tercera —finalmente— la anunciada “reconstrucción con cambios”.
El solo hecho de que se vendiesen un millón de camisetas de la selección de fútbol y de que la venta de los televisores aumentase exponencialmente constituían signos que ya nos hablaban de la ilusión de la gente y de los nexos –que a veces se olvidan- entre un estado de ánimo positivo de los ciudadanos, la inversión y consumo económicos y la propia capacidad de maniobra de un gobierno.
Innegablemente se trató de aprovechar la coyuntura. El Ejecutivo desplegó campañas simultáneas a la expectativa generada por el partido del día martes. La propia Mercedes Aráoz se puso la camiseta de la selección. Y el mismísimo presidente no solo fue a visitar a los seleccionados a su concentración, sino hasta ensayó sus conocidos —y no tan afortunados— pasos de baile.
En aras del rating y de las ventas, periódicos y canales de televisión contribuyeron a crear la atmósfera de ilusión. Tal vez a algunos se les pasó la mano con la asociación PPK/suerte/fútbol. En cualquier caso hacía mucho tiempo que no veíamos una expectativa tan grande por una selección, y una oportunidad —también grande— para que el Ejecutivo enganchase con la gente.
Sin embargo —y es menester decirlo— el resultado futbolístico no fue precisamente una bala de plata. Al menos no la precisa que políticamente se requería. Fue más bien apenas un cartucho de fogueo. La prueba es que el júbilo popular —que había alcanzado, como pocas veces antes, decenas de plazas públicas— se evanesció rápidamente.
Claro está que queda la ilusión del repechaje. Nuevamente los medios propiciarán la ilusión, pero esta no se trasladará automáticamente al ejercicio gubernamental. Si el Perú se clasifica, el éxito será atribuido a los seleccionados. Pero al ser de fogueo, no hubo la bala de plata requerida.
En este contexto, la calificación de “circo” otorgada por el presidente al Congreso y su actitud respecto a las investigaciones de la comisión Lava Jato —que ya eran poco afortunadas— se convierten en un peso para la presentación de Mercedes Aráoz ante el Congreso de la República para pedir el voto de confianza.
El voto de confianza más que seguro se dará en el Congreso. Pero para obtener el voto de confianza de la ciudadanía toda, Mercedes Aráoz deberá explicarle al país —con seriedad y autocrítica— por qué hemos perdido más de un año en la inacción, por qué el Gobierno mantuvo los “emblemáticos” proyectos (por sospechosos de corrupción más que por su utilidad) heredados de la pareja Nadine/Ollanta. Y deberá dar cuenta, asimismo, de serias omisiones en la lucha anticorrupción.
En lo que se refiere a promesas, todos los damnificados por el fenómeno del Niño costero exigirán la mayor claridad y celeridad en la “reconstrucción con cambios”. Obras, montos, indicadores y plazos. En lo que se refiere a los servicios de educación y salud particularmente, la población toda esperará acciones concretas.
Eduardo E. Zapata Saldaña
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