Iván Arenas
El cuentazo de que el pueblo pide nueva constitución
¿Quiere el pueblo una asamblea constituyente socialista y colectivista?
El Congreso ha rechazado la propuesta de Jaime Quito, parlamentario de la izquierda perulibrista, para adelantar las elecciones generales y, sobre todo, incluir un referéndum para que el pueblo decida si quiere una nueva constitución, a través de una asamblea constituyente. El abogado constitucionalista Miguel Estela, días atrás, le dio una vuelta de tuerca al asunto cuando fue al grano, y en lugar de discutir los vericuetos instrumentales se preguntó si eso llamado pueblo estaba a favor de la nueva constitución. Sin duda, una tremenda pregunta.
A juicio del suscrito, y siguiendo a un clásico de la filosofía, de lo que se trata aquí es de una “noble mentira” que la izquierda de todos los colores se ha encargado de difundir y promover, en base de propaganda y antipropaganda. Una mentira que se resume en que eso llamado “pueblo” pide, exige, implora una nueva constitución y una asamblea constituyente socialista y colectivista.
Basados en una encuesta telefónica, Jaime Quito y toda la izquierda aseguran que más del 70% de los peruanos está a favor de una asamblea constituyente y una nueva constitución. De allí nace la legitimidad de la propuesta de Quito. Quedará para siempre en la historia parlamentaria.
Decía Laclau que, de acuerdo a la teoría del discurso, hay significados flotantes que están siempre en disputa, y quién los haga suyos primero llevará larga ventaja. En una operación lingüística de significado y significante, las palabras pueden ser llenadas como quien llena un jarrón. En este caso las palabras libertad o pueblo, para poner dos ejemplos, serían los jarrones que en la lucha política (lo político) se llenan de acuerdo a la ideología, y que luego dan una cadena de equivalencias. Es denso el tema.
Algo de eso hay cuando la izquierda se arroga la representación del pueblo, de la totalidad del pueblo; y ahora es la izquierda la que representa al pueblo sobre la derecha. La agonística de la política de “ellos y nosotros”. Pero a pesar de las posturas teóricas, hay un detalle que la izquierda no ha sido capaz de entender: que el pueblo verdadero (lejos del pueblo izquierdista) no es ni por asomo colectivista ni socialista. Miren si no la efervescencia de los mercados populares, del capitalismo de los pueblos y plebeyos, donde además existen instituciones populares que cooperan y compiten.
Allí reside el grave el yerro de la izquierda. José Matos Mar, el Amauta, graficó como nadie el desborde popular y las barriadas que ponían en jaque a la sociedad criolla; sin embargo, creyó ver socialismo allí donde hay capitalismo más puro (Puno por ejemplo).
La izquierda ha logrado consolidar la idea de que el pueblo son ellos y nada más que ellos, una determinación excluyente y exclusiva. Ellos nos dicen que ese pueblo pide una nueva constitución; pero no es verdad, porque piden capitalismo. Del más brutal en algunos casos.
COMENTARIOS