Raúl Mendoza Cánepa
El capital de PPK
¿Qué fortalezas acompañan al candidato presidencial?
Queda aún por resolverse la situación de TPP ( Julio Guzmán) y el caso de César Acuña ante el organismo electoral. Aunque rige la incertidumbre de la apelación, los argumentos jurídicos parecen anunciar una reducción significativa del espacio de la contienda electoral.
Si nos circunscribimos al derecho, la salida de Guzmán es inminente. Esta sustracción del tablero favorecería, aparentemente, más a Barnechea que a PPK. Advertí de las debilidades de PPK en un artículo sobre el candidato del cuy cuando se vislumbraba ya los primeros pasos de esta carrera.
Uno de los problemas aparentes de PPK es que ha permitido la diversidad interna de facciones. El elector relativamente informado asume que en Peruanos por el Kambio (PPK) hay cuotas de influencia, celos o pugnas por ganar ventaja con el líder.
PPK no es un mal candidato, tiene como su fortaleza la experiencia en las cosas de Estado. Sin embargo, es su expertise la que debe alejarlo del desliz del apasionamiento (llamar "ignorante" a un periodista es inaceptable en un político maduro) y asumir la edad como una fase cronológica y no como una ventaja es una cesión. No debiera utilizar el término “vejez” ni de refilón, mejor viene “horas de vuelo”, “experiencia”, “know How”, “conocimiento”. La vejez, aún de ironía, es una ventaja para un puesto parlamentario, pero no lo es para una posición ejecutiva.
El otro error es la falta de energía que proyecte la apariencia que es él quien pone el orden en casa y que no es jaloneado por tirios y troyanos dentro del partido. El liderazgo interno no resta a sus dosis de ironía y bonhomía que ya conquistó a un buen número de jóvenes en la elección anterior.
Que PPK tome la batuta de su organización es un imperativo que no riñe con la necesidad de acompañarse siempre de sus jóvenes candidatos. Más en particular, reforzaría su imagen sacar de esa suerte de limbo y territorio neutral a Mercedes Araoz, quien es la frescura que un hombre casi octogenario necesita para su fórmula. Si la campaña perdió el ángel, la juventud renovadora de sus candidatos parlamentarios y la frescura dulcificante que acompaña a su vice, podría empoderarlo en la mira de resuccionar a los jóvenes PPKuys que se fueron con Guzmán.
Bien haría PPK, sin confrontar con otros candidatos y sin perder la ironía, centrarse en los temas técnicos. La piconería y el ceño fruncido parece no guardar coherencia con su ya famosa bonhomía “juvenil”.
Una alternativa revitalizadora es reformular al cuy como un amigo de los jóvenes. El cuy joven que ofrece a las nuevas generaciones profesionales y laborales una solución a sus problemas a través de políticas juveniles concretas. Ya escuché a uno de los candidatos de PPK, Marco Urteaga, proponer algo sumamente interesante para los jóvenes de 18 años, el derecho a ser elegidos.
Guzmán es (o era) un globo demasiado inflado para ser real. Quizás PPK o tal vez Barnechea, nos den la sorpresa en abril.
Raúl Mendoza Cánepa
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