Tino Santander
El cambalache de Todos por el Perú
Apuntes sobre la historia del partido de Guzmán
Escribo este testimonio del 2008 porque es actual frente a lo que ocurre hoy en el país. En este tiempo escuchamos a PPK en el Cusco en un programa político nacional afirmar que el Perú necesitaba inversión en infraestructura productiva y social para salir de la pobreza.
Nosotros organizábamos entonces un movimiento regional radical en el sur andino. La propuesta de PPK origino un debate en nuestras huestes que proponían una ruptura con el sistema. Sin embargo, la cordura volvió sobre nosotros y acordamos buscar a PPK para conversar y comprobar si realmente era sincero
El plenario del movimiento nos encargó a Melquiades Monzón y a mí establecer contacto con PPK y, fue a través de Abel Cruz dirigente de “peruanos sin agua” que nos reunimos con PPK quien estuvo acompañado de Gilbert Violeta.
La percepción que tuvimos fue la de hablar con un hombre honesto, que quería realmente disminuir el déficit de infraestructura demanda popular que nosotros representábamos. Fuimos precisos al exponer nuestros puntos de vista y los acepto casi todos, incluso la propuesta aimara de un estado plurinacional.
Muchos compañeros salieron convencidos de haber encontrado en este hombre mayor al Pepe Mujica peruano. Luego los hechos nos confirmarían nuestro error de confiarnos en él, porque traicionó sus propuestas al aliarse con la tecnocracia liberal más ciega del Perú.
Pero la historia que cuento también está vinculada con el partido Todos por el Perú (TTP), que antes se llamó “Coordinadora Nacional de Independientes” dirigida por Gonzalo Aguirre.
Primero, Hugo Otero le cambio el nombre a la “coordinadora” y le puso Todos por el Perú para ampliar su alcance nacional e incluir a todos los sectores; además sugirió el cambio del símbolo de la antorcha que, según, dijo parecía el frío logo de un Banco, por otro más cercano y querido por las mayorías. Propuso que el símbolo de TTP fuera una pelota de futbol porque se acercaba más a las emociones populares.
Recuerdo la reunión en la casa de PPK en la que Gonzalo Aguirre gritaba que podían cambiar todo, menos el símbolo. Alegaba frente a PPK “estos comunistas de Santander y Monzón van hacer mucho daño”. Imagino el éxito que hubieran tenido a hora de haber aceptado el símbolo de la pelota.
Salimos de esa reunión carcajeándonos con Gilbert y Melquiades de las alarmas y aspavientos del cruzado de la antorcha banquera. Después PPK renuncio a Todos por el Perú para ser candidato y organizar el famoso “sancochado” que se convirtió en la Alianza por el gran cambio con un programa de gobierno novedoso.
Hoy Todos por el Perú auspicia la candidatura de Julio Guzmán en las peripecias de una campaña caótica cuyo resultado es impredecible. Guzmán es candidato del marketing electoral y de los lugares comunes y, no presenta ideas serias sobre cómo gobernar el país. Su candidatura es un cambalache tal como el nombre actual de su partido.
“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé; en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublés.”
La letra del “Cambalache” nos revela hoy la misma porquería del viejo tango de Dicéspolo al escuchar en nuestros candidatos tanta demagogia, fantasía y mentiras.
Por Tino Santander Joo
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