Neptalí Carpio

EL 24 x 24 Y SUS PERVERSIONES

EL 24 x 24 Y SUS PERVERSIONES
Neptalí Carpio
29 de abril del 2016

31 millones de peruanos claman que la Policía cumpla con su deber

Aunque no se diga abiertamente, la resistencia de un sector policial a dejar de lado el sistema 24 x 24 no es solo un asunto de remuneraciones, sino también la silenciosa oposición a dejar una perversa práctica que ha llevado a una semiprivatización de la Policía Nacional, con privilegios y códigos ocultos. El sistema dio libertad para diversas acciones que multiplicaron la corrupción y a una permanente negociación crematística con las entidades estatales, cuando estas requerían servicios policiales para poner orden o encarar los procesos de invasión de la propiedad pública y privada, además de otras acciones frente a la informalidad.

Resulta por ello censurable la decisión de Keiko Fujimori de hacer las veces de defensora de este sistema, solo con el objetivo de ganar votos en la Policía Nacional. Más aún cuando esa propuesta no figura en el Plan de Gobierno de Fuerza Popular. En lugar de enfrentar con firmeza un sistema que ha maniatado y reducido la capacidad para poner en las calles a un mayor número de policías, la lideresa del fujimorismo se pone a la zaga de un sector social, sin valorar la demanda de 31 millones de peruanos que claman protección por parte de los guardianes del orden.

Los que hemos tenido la oportunidad de participar en la gestión pública y, por diversas razones, establecido contacto con los altos y medianos mandos de la policía nacional, sabemos que este sistema 24 x 24 ha generado varias prácticas negativas en la policía nacional. La más notoria es que los efectivos, al estar un día en el servicio estatal y otro día prestando servicio en una entidad privada, se mimetizan con el segundo servicio, cuya lógica termina por contagiar la vida policial. Se crea así una situación por la cual cualquier servicio que es solicitado por un alcalde, un ministerio o incluso por un fiscal, genera una negociación en la que la policía pide una cantidad de dinero para actuar en respaldo a la autoridad respectiva, ofertando precisamente las 24 horas que le corresponde trabajar en el sector privado, que se denomina “día de franco”.

Se produce así una vorágine de corrupción de menor cuantía, pues desde los altos mandos policiales hasta el simple efectivo pide una “comisión” por prestar un servicio como policía, aprovechando la valorización de las 24 horas (entre 70 a 90 soles por día), que como “derecho adquirido” le pertenecen para brindar servicios privados, pero que también pueden ofertar a una autoridad o funcionario estatal. El sistema 24 x 24 se convirtió así no solo en un instrumento de negociación con el sector privado, sino también con la autoridad estatal, cuando esta necesita un servicio policial. Y eso es muy grave.

Otro efecto negativo es que, con el paso del tiempo, el policía pierde el interés en el servicio público. En muchos casos, los policías se concentran en el servicio privado y descuidan su función de guardianes del orden. Hay numerosos testimonios de que los policías usan las comisaría como lugares de descanso, para dormir, o de que prestan el servicio con desgano.

Un tercer problema es que en los servicios que brinda a una empresa, el policía recibe prebendas y regalos adicionales, por el interés de la entidad privada de ganar permanentemente ese servicio. Eso explica porqué ahora se presenta tanta rsistencia entre los policías a abandonar este sistema. Y se debe recordar que el 24 x 24 fue creado precisamente por el ex presidente Alberto Fujimori por un periodo temporal de seis meses, pero al final duró cerca de 20 años.

Los policías tienen razón en querer mejores remuneraciones y que estas además formen parte de su sueldo pensionable. El Estado debe hacer todo el esfuerzo necesario por mejorar los salarios, en todos los niveles, y revalorizar la carrera policial, con el mismo estatus de un carabinero de Chile, por ejemplo. Pero lo que no se puede aceptar es que la decisión de derogar este sistema quede en suspenso por intereses subalternos. Que la sra. Keiko Fujimori no se percate de la magnitud de la perversión que ha originado este sistema, quizá muestre el poco conocimiento que la actual candidata presidencial tiene del funcionamiento del Estado peruano. Un funcionamiento que tiene debe cambiar radicalmente, eliminando componendas como esta.

 

Neptalí Carpio

 
Neptalí Carpio
29 de abril del 2016

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