Hugo Neira
Cuando la política era total entrega. Una carta
Testimonio sobre el congelamiento ideológico de la izquierda peruana.
Un antiguo conocido me escribe. En carta sincera y conmovedora dice verdades de a puño. La publico con su consentimiento luego de volverla anónima. Su estatus actual obliga a esa precaución. En mi blog, completa. He aquí alguien que sigue siendo de izquierda pero la actual, lo lleva a abstenerse. A la lucha de clases le dedicó generosamente parte de su vida. (HN)
«Acabo de leer tu extraordinario artículo sobre la izquierda peruana. {…} Soy de los que pensaban en los 80 que lo de Velasco habían sido reformas fascistas porque habían fomentado el corporativismo y el mercantilismo que ya se hizo insostenible en la siguiente década con los gobiernos de Belaunde y García. Combatí duramente al APRA en esas dos décadas y hasta bien entrada la década de 1990. En mi partido (XY) el objetivo fue desprestigiar al APRA y a la Social Democracia y acumular fuerzas. Pertenecí pues a esa izquierda dogmática y pontificia de la que hablas. Luego trabajé en ZZ. Ahí me di cuenta de muchas cosas que quise comentar y compartir con mis amigos de la izquierda, los informales no eran una clase social, sus intereses no eran los del proletariado obrero ni los de los campesinos y que sintonizaban más con la idea de mercado que con la idea de revolución y que si se plegaban a las huelgas de la izquierda era para pelear por su sitio en la calle para desarrollar “su mercado”. Descubrí también que nuestra burguesía era mercantilista y que los liberales también los combatían. Descubrí que la crisis del gobierno aprista era la crisis de la región empeorada por el terrorismo y cómo no, algo o bastante de corrupción en el Estado. Nada de esto fue aceptado por mis amigos de izquierda, por mis compañeros de partido (camaradas solo usaban los prosoviéticos que eran imperialistas de Estado). Ahí comienza mi crítica a la izquierda peruana, no al pensamiento progresista, hay que diferenciar. Sigo considerándome un hombre de izquierda aunque ya no milite.
La izquierda peruana perdió el rumbo, confundió el camino del progreso por seguir en la vía revolucionaria y cuando se topó con el muro de la realidad (fin de la guerra fría, caída del muro, reforma del sistema chino) prefirió ignorarlo y trató de seguir el mismo camino cuando las “condiciones objetivas” que eran parte del discurso de izquierdas cambiaron.
¿Qué cosas no vio la izquierda peruana?
- Las grandes reformas sociales en el Perú provinieron de dictaduras, al margen de partidos y lucha de clases sobre todo pienso en el derecho al voto de la mujer durante Odría y la Reforma Agraria durante Velasco.
- La crisis de las décadas de 1970 y 1980 son crisis regionales, en el Perú siempre nos miramos el ombligo y sobre todo la izquierda.
Es un error pensar que fue solo por culpa de un mal gobierno de García y el APRA. Ahí nació el descrédito de la clase política que no es exclusiva del fujimorismo como todos repiten ahora, era el discurso de la izquierda peruana durante la década de 1980. La misma izquierda no dejaba de insultarse entre sí, había los social imperialistas del PCP, los infantilistas de izquierda del trotskismo, los dogmáticos del maoísmo, cada uno se sentía dueño de la verdad y no dejaba de insultar a los de la misma izquierda {…}. Desde los 80 y no desde los 90 la política peruana se convirtió en un vertedero de insultos y descalificaciones que nos han llevado a donde estamos ahora, donde todos son corruptos y la gente busca outsiders donde sea.
- La gran mayoría de los peruanos (más del 70% u 80%) son empresarios, grandes, pequeños y microempresarios, incluso los campesinos. La gran mayoría de los peruanos tiene casa propia e ingresos independientes o es propietaria de sus medios de producción, en consecuencia, hablar de un proletariado revolucionario o un campesinado revolucionario es un sinsentido.
La izquierda no ha podido darse cuenta de eso y sigue repitiendo consignas de los años 1930, 1940 o 1950, el Perú ya no es el de Mariátegui, ni siquiera el de Velasco, el rostro del Perú (y el del mundo diría) es otro y en consecuencia se necesita nuevas políticas de izquierda.
En resumen el gran pecado de la izquierda peruana es haberse estancado, no haber evolucionado con los tiempos y con los nuevos conocimientos.»
Por Hugo Neira
29 – Jun – 2015