Gustavo Rodríguez García

Ciudades con visión

Ciudades con visión
Gustavo Rodríguez García
12 de enero del 2015

Sobre el potencial turístico y comercial de la Costa Verde limeña

Estuve durante algunos días en Estados Unidos por año nuevo y en la visita a uno de los tantos sitios por los cuales tuve el agrado de pasar, me llamó la atención la forma en la que se suelen concebir las ciudades. En particular, piense el lector en Miami. La zona frente a la playa está inundada de restaurantes, discotecas y bares. El movimiento comercial es impresionante pero la seguridad también lo es. Los centros comerciales son concebidos pensando en el cliente: lugares espaciosos y bien decorados que invitan a comprar y a sentirse bien.

Lo invito a pensar en los centros comerciales de nuestro país. La sumatoria de concreto más concreto adelanta lo que no puede ser una determinada visión de las cosas: el cliente no importa. No hay espacios amplios dentro de los espacios comerciales. No. Lo que se pretende es seguir “ampliando” la cantidad de tiendas lo cual solo significa seguir construyendo sin criterio estético alguno. No interesa hacer sentir bien al cliente. Lo que interesa es tener más tiendas en las que se pueda vender más. Los estacionamientos son impresentables… no interesa hacerle sencilla la vida al cliente,

En nuestro país se conjugan dos visiones: de un lado, la idea de que los clientes no somos más que animales a los que se les puede apiñar de cualquier forma con tal que vayan y compren. Poco importa si el estacionamiento tiene cinco pisos, que las subidas sean incómodas, que los ascensores sean escasos y que el centro comercial se encuentre en permanente construcción –sin armonía alguna entre los espacios- para poder aumentar el número de tiendas. De otro lado, la idea de que todos tienen derecho a imponer sus gustos y necesidades por encima de lo que le hace bien al país. La playa es de todos así que no puede ser entendida como una zona comercial, se dice. Si esa fuera la idea preponderante en otros lares, lugares como la zona playera de Miami no existirían.

Nuestra ciudad es bella, querido lector. Y podemos hacer grandes cosas en ella. No dejemos que la mezquindad del mercantilista y los deseos particulares de un grupo de vecinos conspiren contra lo que le hace bien a la ciudad. Nuestra Costa Verde, por ejemplo, tiene todo el potencial para convertirse en un impresionante polo comercial que atraiga inversiones y turistas. Se puede hacer todo ello con seguridad y belleza. La inversión no es enemiga del buen vivir.

Espero que la gestión del alcalde Castañeda ponga el énfasis en la construcción de una ciudad moderna y a la vanguardia. Necesitamos convertirnos en un producto vendible. Ese producto que Lima siempre fue llamado a ser. Todos los limeños nos merecemos una ciudad pionera… una de donde no necesitemos salir para admirarnos de la visión de ciudad que enriquece al país y nos enriquece la vida.

Por Gustavo Rodríguez García
(12 - Ene - 2015)

Gustavo Rodríguez García
12 de enero del 2015

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