Jorge Morelli
Cincuenta veces menos en cincuenta años
El valor en oro de un dólar, entre 1971 y hoy
El lunes 20 de abril del año del coronavirus es un día que pasará a la historia de la economía. El barril de petróleo Texas ha perdido el 300% de su valor en el mercado y su precio es negativo por primera vez desde que se llevan estadísticas. El barril está en la absurda cifra de US$ -35. O sea, a uno le pagan para que se lo lleve. Hay una causa mediata y otra inmediata. La primera es que la oferta es mucho mayor que la demanda. La inmediata es que no hay dónde almacenar la sobreproducción.
Pasa inadvertido, en cambio, que el precio del oro se mantiene estable en el firmamento. John Keynes le hizo prometer a Harry Truman en 1944 que EE.UU. respetaría el vínculo del dólar al oro, a razón de US$ 35 la libra. Richard Nixon rompió esa promesa vigente desde Bretton Woods en 1944. Ese mismo día la libra de oro pasó a costar el doble: US$ 70. Y Arabia Saudita pasó a recibir dólares que valían la mitad que antes por la misma cantidad de petróleo. En 1973, subió el precio cuatro veces. Estos socios mal avenidos firmaron, sin embargo, ese mismo año un acuerdo histórico. En adelante, todas las operaciones de compraventa de crudo se realizarían solo en dólares. Indirectamente, era una forma de devolverle al dólar un respaldo de valor, en petróleo. En adelante, se llamarían “petrodólares”.
El lunes 20 de abril del año del coronavirus, sin embargo, el petróleo Texas tenía un precio negativo en el mercado. No es ya ningún respaldo para el dólar porque no es ya un refugio para el valor. El refugio del valor sigue siendo el oro. Solo que la onza de oro, de US$ 35 de 1971, vale hoy US$ 1,700. Esto es lo mismo que decir que es el dólar el que vale 50 veces menos que hace 50 años. ¿Cuál es hoy el respaldo del valor del dólar? Al final del día, no es otro que la palabra del presidente de EE.UU. La misma que Truman comprometió y Nixon no respetó.
¿Cuánto va a pasar entonces antes de que China, que ha venido guardando oro pacientemente en bóvedas estatales y en manos privadas, anuncie que el yuan tiene respaldo en oro? ¿Y qué harán los bancos centrales del mundo cuando tengan que decidir si guardan sus reservas en dólares respaldados por una palabra, o en yuanes respaldados por oro? Cuando eso ocurra –y ocurrirá– la solución aún estará a la mano. Es devolverles a los papeles en los mercados financieros el respaldo de los bienes bajo la tierra en todo el mundo, bloqueados actualmente por quienes ocupan la superficie. Solo hacen falta papeles que se puedan transar en las bolsas globales. Estamos hablando de US$ 150 billones (US$ 150 trillions) en todo el mundo. Suficientes para devolverle al dólar todo el respaldo que necesita.
En el Fausto de Goethe, curiosamente, Mefistófeles sugiere al Rey Ýque se queja de sus arcas vacías– que emita moneda contra el oro bajo de su reino. Es una idea engañosamente diabólica, sin embargo, porque nadie sabe cuánto es ni dónde está. Es el oro en bóveda el que es refugio de valor. Pero también puede serlo el que se halla bajo la tierra, siempre que se sepa exactamente dónde está, quién tiene el derecho de propiedad y, sobre todo, quién tiene el título negociable que refleja la capacidad material, la posibilidad efectiva de extraerlo.
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