Manuel Gago
Castillo sigue decepcionando a sus votantes
Graves acusaciones de corrupción
La empresaria Sara Goray Chong, ex gerente de Marka Group –constructora del Programa Nacional Techo de Propio– ha hecho una gran revelación en la Fiscalía: a Castillo no le importa el pueblo. Si ella no accedía a la extorsión –S/ 4 millones para pagar a congresistas y evitar la vacancia anterior, y US$ 20,000 para comprarle un carro al sobrino, ambos montos solicitados por Salatiel Marrufo, exjefe de asesores del Ministerio de Vivienda– un proyecto de viviendas populares, aprobado en el Gobierno anterior, para favorecer a 4,000 familias, sería detenido, entrampado por órdenes superiores.
Una vez más queda al descubierto el cuento de los pobres, en el que algunos todavía creen. No es, entonces, una avanzada ideológica (del maoísmo y chavismo intentado imponer la patria socialista), sino de criminales protegiéndose entre sí. El resultado es el repudio al profesor vestido de rondero y campesino con el fin de conseguir votos. Utilizando la careta del pueblo se están apropiando de los presupuestos y recursos nacionales. Para la camarilla entronizada en Palacio, la asamblea constituyente es útil para permanecer en el poder y desde allí, con esa máscara, falsear aprobaciones populares.
Castillo no dejará dócilmente Palacio. Según el ministro Salas –su más entusiasta portavoz–, si es vacado habrá convulsión social. ¿Sabrá de fuerzas paramilitares, integradas por lumpen y desocupados, financiados con el dinero que maneja la Dirección Nacional de Inteligencia, tomada por el maoísmo? Ya han incendiado seis camiones de la minera Inmaculada en Ayacucho. Fue el extremismo marxista infiltrado con mayor fuerza en los poblados de la serranía minera. Acciones que, por cómplice, el Gobierno no condena.
Si Castillo se libra de la vacancia, como parece puede suceder –por la descarada compra de conciencias, con facilidad asombrosa, por parte del castillismo–, la suspensión sería el siguiente paso. Por el momento, el peligro del cierre del Congreso ha terminado, así como el temor de ciertos congresistas de perder sus curules. A los “niños”, conocidos y por conocer desde este miércoles 7, tampoco les importa el destino de ese pueblo que dicen representar.
Pese a tantas pruebas y testimonios como el de Goray, cínicamente los defensores alegan racismo y discriminación contra Castillo. Es palabrería estéril, a la que suelen apelar el izquierdismo y el socialismo. Es el caso de la tan mentada segunda reforma agraria, que sigue en el limbo por ausencia de imaginación, capacidad técnica y de gestión y, sobre todo, de interés genuino por los pobres. En los mercados, las amas de casa son advertidas de que no habrá papa, el principal alimento de las mesas peruanas.
A la falta de fertilizantes, prometidos tantas veces, se suma la ausencia de lluvias. No hay agua porque los proyectos hídricos son atacados. No hay reservorios ni redes de distribución de agua suficientes para el abastecimiento seguro de agua a los 2.2 millones de pequeños productores agrarios. Teniendo abundante agua –desperdiciada en el Pacífico y Atlántico– el agricultor peruano todavía depende en gran medida del clima y de los fenómenos atmosféricos. Nuestros campesinos siguen en el mundo de los olvidados.
Castillo ha logrado un informe a su medida de la desprestigiada OEA. Los comisionados que visitaron Lima, no tomaron en cuenta las denuncias formuladas por la Fiscalía y calificaron al periodismo libre de “golpista”. “¡Ay de aquellos que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo. Ay de los que justifican al impío mediante cohecho y al justo quitan su derecho!” (Isaías 5:20-25).
COMENTARIOS