Manuel Gago
Castillo recargado
Policías y militares al servicio del comunismo
El frustrado proceso de vacancia sirvió para confirmar nuestras sospechas: con contadas excepciones, la representación de Acción Popular, Alianza para el Progreso y Podemos no son confiables. Sus criterios democráticos y libertarios parecen no ser suficientes para entender la trama armada por Perú Libre desde antes de ocupar Palacio de Gobierno y el ahora famoso departamento del pasaje Sarratea en el distrito de Breña. Según Castillo, el lugar ideal para tomar café con sus amigos.
La vacancia también sirvió para especular si Castillo conduce el país desde Breña, de manera oculta, condición normal para los representantes de Perú Libre, opuestos a investigar las reuniones sostenidas en la “sede alternativa” de Palacio. Además sirvió para evaluar la capacidad de las derechas desarrollando argumentos poderosos dentro y fuera del Parlamento. Hasta ahora no logran convocar a seguidores más allá de sus electores. Resulta visible la ausencia de un liderazgo único y corporativo; exactamente como sucedió en Venezuela, situación penosa que dio paso a la consolidación del chavismo.
Por lo visto, los parlamentarios fuera de la órbita marxista que votaron contra la vacancia no evalúan lo que representan Evo Morales, el sur de los aimaras, el nuevo embajador de Cuba en Perú, los ronderos con oficina en Palacio de Gobierno y hasta el retorno de los “operativos policiales” en calles y carreteras.
En este contexto, la viabilidad nacional empeora con la reciente Resolución Ministerial Nº1087-2021-DE que resuelve la conformación de la Red de Oficiales de Integridad del Sector Defensa, siendo su justificación el “fortalecimiento de la cultura de la integridad en el sector Defensa”. Como era previsible, las Fuerzas Armadas están en proceso de ser tomadas por militares comunistas al servicio del proyecto totalitario conducido desde Cuba. El fracaso de la vacancia empodera entonces a Castillo. Envalentonado, no parará hasta el total dominio de las armas de soldados y policías con el mismo libreto elaborado por la inteligencia castrista. ¿O no Vladimir Cerrón?
En política no existen coincidencias. El ideario de Perú Libre está en ejecución. Los hechos lo demuestran. Perú es conducido hacia la patria socialista, un plan que compromete a todo el espectro marxista e izquierdista. ¡Un paso al frente compañero! ¡La traición será castigada!
El gobierno de Castillo no renunciará a la nueva Constitución, la estatización de la producción nacional y la confiscación de la propiedad privada. Es mucha ingenuidad creer lo contrario. Los mercantilistas, los que contratan con las municipales y gobiernos locales, lo harán con el gobierno nacional. “El aporte a la causa socialista” está asegurado. El carné de vacunación y los protocolos sanitarios son la excusa para contratar más empleados públicos con el fin de controlar las disposiciones recientes – carné de vacunación para ingresar a lugares públicos– que, dicho sea de paso, violentan derechos humanos fundamentales contemplados en la Constitución y principios naturales.
Estamos frente a un gobierno marxista. Los ronderos y cocaleros pondrán su cuota en el momento debido, cuando las derechas intenten presentar batallas por la libertad en las calles y plazas del país. La mayoría se acostumbra al statu quo sin arriesgar el pellejo. Las campañas de desprestigio del Congreso de la República (70% de desaprobación según encuesta de Ipsos) y de los medios continuarán. Y así el panorama resulta cada vez más claro: el comunismo se impondrá con el apoyo de la población que recibirá dádivas a cambio de su libertad porque, sencillamente, la masa nunca fue aleccionada con los valores humanos básicos.
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