Cambios en la reconstrucción

La salida de Pablo de la Flor de su cargo en la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios es una muestra de las fuerzas que suelen moverse en la política peruana. Unas declaraciones que requerían exposición de motivos fueron la excusa de que los gobernadores ligados a Alianza para el Progreso exigieran y lograran la renuncia de De la Flor.

Desde el Ejecutivo no defendieron al renunciante. El nuevo gabinete presidido por Mercedes Aráoz no le era favorable. De la Flor tenía cuentas pendientes con Aráoz de la época en que ella se integró al equipo que vería el TLC con Estados Unidos. Otros en el gabinete lo cuestionaban porque pasó mucho tiempo en el diseño y planificación de obras, cuando las necesidades de los ciudadanos no respetan tiempos ni planes.

Las demandas de los afectados iban a tener un momento en que comenzarían a saltar a los medios de comunicación. Y todo esto sucedió sin que Pablo de la Flor tuviera el respaldo político ni el respaldo de las obras. Lo cierto es que las obras de infraestructura que pueden haberse llevado adelante no resuelven el tema de las condiciones de vida de los damnificados, quienes perdieron sus casas y siguen viviendo en carpas o módulos temporales.

Se ha avanzado en prevención y en resolver los problemas de infraestructura, pero poco en reconstrucción cuando se habla de los bienes de los damnificados. Y este es el principal error. Se han entregado cerca de 8,000 bonos, según informa el Ministerio de Vivienda, pero eso es un monto aún pequeño, y está referido a los que pueden reparar sus viviendas, y no a aquellos que las han perdido por completo.

Y ese ha sido el signo de este Gobierno, que esperemos cambie. Es un Gobierno que ha planificado pensando en lo macro, sin tener en cuenta lo que demanda el ciudadano. Entonces existe la sensación de que no se atiende, que no se trabaja, que no se avanza, en la medida en que el ciudadano no sienta que se resuelven sus problemas.

Con un gabinete con ministros más políticos, cambiar la forma de trabajar, priorizando al ciudadano, debería ser uno de los resultados de los cambios producidos.

Juan Carlos Valdivia