Martín Taype
Cae la confianza de los consumidores limeños
Según el Índice de Confianza del Consumidor (Indicca)
Nos encontramos en un entorno externo cambiante en el ámbito económico y geopolítico, tanto por la guerra en Ucrania como por la pandemia del covid-19 como de la viruela del mono. Si a ello sumamos un entorno interno inestable, hay una influencia nefasta en las expectativas y el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, tanto locales como extranjeros.
Para efectos prácticos de lo expuesto, veamos la situación actual de la confianza de los consumidores de Lima Metropolitana, según el Índice de Confianza del Consumidor (Indicca), elaborado por Apoyo Consultoría e Ipsos, en una encuesta publicada recientemente por el diario El Comercio (23.06.2022) en su edición digital. La confianza del consumidor en Lima ha alcanzado su nivel más bajo en 18 años. Según la citada consultora, al mes de junio el 54% de las familias en Lima Metropolitana percibe que su situación económica empeorará en el futuro, la cifra más alta desde el 2004.
En base a los resultados del estudio realizado por Indicca, vemos que la confianza de los consumidores limeños se derrumba por los factores señalados. Y también porque los pronósticos de crecimiento económico han caído fuertemente debido a factores geopolíticos, teniendo en cuenta que Rusia, China, Irán y Corea del Norte –aliados enfrentados a Estados Unidos y la OTAN– son los principales productores de gas, petróleo, fertilizantes, cereales, entre otros productos estratégicos, cuyos precios ya se han disparado, debiendo los ciudadanos priorizar sus gastos.
Asimismo, influyen los factores internos, como el impacto de los conflictos sociales, la corrupción, la dependencia en los precios de los productos mineros y la inestabilidad política ,entre otros. Si el Gobierno no toma las acciones para atenuar esta situación, no se podrá influir positivamente en las expectativas de los consumidores e inversionistas en el corto, mediano y largo plazo.
Pero para recuperar la confianza de los consumidores e inversionistas, las entidades públicas y privadas deben funcionar. Y a fin de que las citadas entidades no mermen sus actividades –por tener a su recurso humano enfermo o lamentar decesos, dado el incremento de contagios en esta cuarta ola del Covid-19 en nuestro país– es necesaria la priorización del trabajo remoto en todas las actividades que sea posible.
De este modo las empresas ahorrarán mucho dinero en costos fijos, alquileres de locales, servicios de agua, luz, seguros de mobiliario y equipos, entre otros. Debemos tener siempre presente que lo que se busca en las instituciones públicas y privadas son resultados por parte de sus trabajadores, y ello se puede lograr a través del trabajo remoto desde casa.
¡No expongamos la salud y vida de los trabajadores, que son el activo más importante de toda organización! ¡Sin trabajadores sanos y con vida no puede haber reactivación económica, ni menos mejorar la confianza de los consumidores e inversionistas!
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