Cae confianza de los consumidores limeños

Estamos en un entorno externo cambiante en el ámbito económico y geopolítico, lleno de retos, a los que se suma la epidemia del Coronavirus Covid 19, que se viene expandiendo por el mundo y ya se encuentra en varios países de Latinoamérica, incluyendo el nuestro. Y estos retos se vuelven más complejos si además el entorno interno es inestable. Todo ello influye en las expectativas y el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, tanto locales como extranjeros.

Para efectos prácticos de lo expuesto, veamos la situación actual de la confianza de los consumidores de Lima Metropolitana, según el Índice de Confianza del Consumidor (Indicca), elaborado por Apoyo Consultoría e Ipsos, en una encuesta publicada recientemente por el diario El Comercio (28.02.2020), que alcanzó los 46 puntos en febrero, con lo que se convirtió en el resultado más bajo desde abril del 2019.

Cabe señalar que, si el Indicca se ubica por debajo de los 50 puntos, prima el pesimismo de los consumidores. En tanto, si se ubica por encima de ese nivel, se considera que existe optimismo. De acuerdo a lo publicado, el resultado de febrero se encuentra tres puntos porcentuales por debajo del mes anterior. Esto es explicado principalmente por el continuo deterioro en la percepción de los consumidores sobre el mercado laboral y los salarios.Según la citada consultora, durante el primer mes del año se desaceleraron las aportaciones a Essalud y la recaudación por Impuesto a la Renta de quinta categoría. Ambos determinan el crecimiento de la planilla formal.

Asimismo, según datos del Banco Central de Reserva del Perú, a enero del 2020, la población económicamente activa (PEA) ocupada en Lima Metropolitana fue de 5.01 millones de personas, menor que el resultado de diciembre del 2019, cuando fueron 5.11 millones de personas. Del mismo modo, la PEA adecuadamente empleada fue de 3.10 millones de personas en enero del 2020, lo cual fue menor que en diciembre del 2019, cuando fueron 3.43 millones.

En base a los resultados del estudio realizado por Indicca, vemos que la confianza de los consumidores limeños se está derrumbando; a entender de muchos ciudadanos, debido a la desaceleración económica. Sin embargo, considero que el problema es más estructural. Es la percepción de los ciudadanos de que aún no se están alcanzado los resultados esperados en la lucha contra los tres grandes problemas que siguen golpeando a nuestro país: la corrupción, la inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas. A ellos se suma ahora la epidemia del Coronavirus Covid 19, que alcanzó recientemente nuestro país y que puede propagarse peligrosamente. En tal sentido, mientras el Gobierno no enfrente con firmeza, transparencia y adecuadas estrategias los problemas indicados, no se podrá influir positivamente en las expectativas de los consumidores e inversionistas en el corto, mediano ni largo plazo. 

En el tema de la inseguridad ciudadana, debemos desterrar los planteamientos de limitar o restringir el uso de armas a la población civil honesta para disminuir los actos delincuenciales. Además de inconstitucionales, estos planteamientos están completamente equivocados. Dado que los delincuentes se abastecen de armas del mercado negro, tal medida solo perjudicaría a los ciudadanos honestos que desean ejercer sus derechos constitucionales, como lo son el de la propiedad privada, legítima defensa y seguridad personal. También debemos desterrar los planteamientos de sacar a las Fuerzas Armadas a las calles a combatir la delincuencia. No es su deber constitucional, ellos ya cumplen una misión, el resguardo del orden interno está a cargo de nuestra Policía Nacional.

En cuanto a la epidemia del Coronavirus Covid 19, es importante salvaguardar la salud de la población. En el caso de los trabajadores, se debería aplicar en las instituciones públicas y privadas el teletrabajo, para lo cual se encuentra vigente la Ley N° 30036, que regula el teletrabajo; y el Decreto Supremo N° 017-2015-TR que aprueba el reglamento de la citada ley.

Los peruanos queremos soluciones objetivas, reales y sostenibles en el tiempo a los problemas mencionado, tomando las acciones que correspondan, respetando el marco constitucional y teniendo siempre en consideración el desenvolvimiento del inestable entorno económico y geopolítico externo.