Jorge Valenzuela
Apropiaciones bastardas
Sobre las acciones del MOVADEF en la tumba de Vallejo en París.
No es nuevo el intento de apropiación de los más importantes intelectuales de nuestro país por parte del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso. No tendría que serlo ahora, por lo tanto, para su organismo de fachada, el MOVADEF.
Las recientes fotos en las que vemos a un grupo de miembros de esa organización en la tumba de Vallejo en el cementerio de Montparnasse, en París, confirman lo que ha sido una práctica desde los años setenta en el Perú, años en los que también, en torno a Mariátegui, se produjo la “lectura” del Amauta en clave maoísta por parte de un escritor como Miguel Gutiérrez (Piura, 1940) cuya filiación ideológica pekinesa lo llevó a mostrar su admiración por Abimael Guzmán en su conocido ensayo La generación del cincuenta. Un mundo dividido (1988).
Recordemos un poco. Esta “lectura” se llevó a cabo en el artículo “Mariátegui marxista leninista” publicado por Gutiérrez en 1974 en el tercer número de la revista Narración en donde, en principio, busca filiar la figura del Amauta a la ortodoxia del marxismo leninismo salvándola de la contaminación trotkista, y se confronta con dos conocidos intelectuales velasquistas y un político argentino, cuyas interpretaciones sobre el legado de Mariátegui son consideradas por el escritor peruano como mistificaciones de su pensamiento. Lo más sorprendente de esta “lectura” es que Miguel Gutiérrez termina concluyendo que “basado en el análisis de clases de la sociedad peruana y en el carácter de la revolución en su primera etapa, Mariátegui planteó que nuestra revolución seguiría el camino del campo a la ciudad puesto que el campesinado, la masa indígena, constituía la fuerza principal y el aliado más firme del proletariado”; agregando que “en cuanto a la forma fundamental de lucha, Mariátegui, marxista-leninista consecuente, se pronunció por la violencia revolucionaria mediante la formación de un ejército de nuevo tipo”.
Así, según Miguel Gutiérrez, Mariátegui estaba planteando lo que por esos mismos años sostenía Mao Tse Tung cuando hablaba de las tres varitas mágicas indispensables para el triunfo de la revolución: 1) El partido del proletariado, sin el cual nada es posible 2) el Ejército Popular de Liberación que, al servicio del Partido, liquidaría por la vía de la violencia política los rezagos burgueses de la sociedad, y 3) el Frente Único, que agruparía a sectores aliados al proletariado en el proceso de la revolución. Cabe destacar, sin embargo que, respecto del camino violento, supuestamente planteado por Mariátegui para la toma del poder, Gutiérrez no acompaña cita alguna que confirme la apuesta del Amauta por ese camino ni la conformación del llamado Ejército de Nuevo Tipo. Mucho menos por la práctica del terror en el propósito de imponer la dictadura del proletariado.
La acción del MOVADEF en París en torno a la tumba de Vallejo en donde, en una foto, vemos un afiche con la foto del genocida Guzmán pegada al elegante mármol gris que protege sus restos, se explica en este marco general de apropiaciones bastardas cuyo objetivo final es la legitimación del programa que esta organización preconiza. No les basta, pues, sus propias ideas, necesitan de una “autoridad moral” que los limpie de la inmundicia que los cubre. Pero hay que decirlo todo. Si bien no hay duda respecto de la militancia comunista de Vallejo (y de su fe en el marxismo como un instrumento de comprensión y transformación del mundo), resulta aberrante pensar que esa militancia pueda solidarizarlo y mucho menos convertirlo en garante simbólico de los demenciales designios de una organización que defiende a un asesino.
Pegar ese afiche es una falta de respeto a la memoria de quien siempre estuvo en contra del marxismo de catecismo, ese marxismo “convicto y confeso” ejercido por esos “doctores” imbecilizados por la ortodoxia de los que Vallejo se burlaba y dentro del cual calza como anillo al dedo el “doctor” Abimael Guzmán.
Por Jorge Valenzuela
25 - Mar - 2015
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