Jorge Morelli
Anfiteatro griego
Grecia va camino al precipicio empujado por la demagogia.
Lo que ocurre en Grecia parece el refrito de un guión latinoamericano.
Al cierre de esta columna, todo indica que a la medianoche del martes se habrá producido el vencimiento del plazo para el pago de 1,600 millones de dólares de su deuda masiva. Será la declaración oficial del mismo perro muerto que, 30 años atrás, les echó el gobierno del Perú de entonces a sus acreedores.
En lo inmediato, Grecia quedará aislada del sistema financiero global. Fuera también del sistema monetario del euro, el gobierno griego pasará a emitir nuevamente una moneda propia. Y lo hará en cantidades cada vez mayores hasta generar –el lector ya lo adivina- una hiperinflación masiva.
Cuando el pueblo griego haya sido cocinado a fuego lento por la inflación, saltará de la sartén al fuego: habrá un alzamiento que reemplazará a su democracia de nula gobernabilidad por una forma de autoritarismo contra la violencia política e igualmente ineficaz en lo económico.
El autoritarismo fracasará en la lucha contra los actores –incluido el fundamentalismo- que operan en el escenario del teatro griego. Vendrá a continuación el peligro de una nueva recaída en la democracia sin gobernabilidad, como en Egipto.
Perdido el rumbo entonces, el coro gemirá, se rasgará las vestiduras, se arañará el rostro y querrá sacarse los ojos.
Y entonces, solo entonces, tal vez aparecerá en el horizonte, si los dioses lo permiten, el héroe que liquidará a los monstruos del terrorismo político y del vórtice de la inflación.
Sobre el destino de este guión aciago advirtió en La Política el viejo Aristóteles hace más de veinte siglos: le llamó demagogia.
Jorge Morelli (@jorgemorelli1)
01 – Jul – 2015
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