Iván Arenas

Adiós Kenji, adiós PPK

El fujimorismo tras la salida de Kenji

Adiós Kenji, adiós PPK
Iván Arenas
31 de enero del 2018

 

El fallo del Comité de Disciplina de Fuerza Popular, que recomienda la expulsión de Kenji Fujimori y de dos congresistas más, debe ser tomado como un claro mensaje de que estaríamos frente a la seria pretensión del fujimorismo de convertirse en un verdadero partido político. Atrás entonces quedarían las experiencias de Cambio 90, Nueva Mayoría o Perú 2000, instrumentos creados con fines meramente electorales.

Como se sabe nueve congresistas, liderados por Kenji Fujimori, desacataron la orden de votar a favor de la vacancia presidencial a fines de diciembre pasado, salvando al presidente PPK, literalmente por un pelo. De alguna u otra manera, Kenji jugó sus fichas a favor del Gobierno pepekausa y entonces se quedó con la imagen del protagonista de la película. De ahí en adelante a Kenji se le atribuye la excarcelación de Alberto Fujimori. No obstante, se pretende olvidar que fue el mismo Alberto quien, todo indica, habría “pactado” su salida de Barbadillo.

Pues bien, si el pleno naranja reafirma la recomendación para la expulsión de Kenji y sus colegas, de alguna u otra manera se abre un nuevo capítulo en su historia. ¿Por qué? Porque el fujimorismo estaría enviando un mensaje serio de que pretende convertirse en una fuerza institucional que representaría al mundo emergente y popular, hasta ahora sin una voz propia. Además dejaría atrás la sombra de una monarquía regida por el apellido Fujimori. ¿No es acaso la posible expulsión de Kenji un mensaje también al mismo Alberto? Si todo lo anterior ocurre estaríamos ante el surgimiento de un partido de derecha con acento popular, aunque aún sin un núcleo ideológico fuerte.

Con el objetivo de partir a la fuerza naranja, los periodistas y los medios antifujimoristas alentaron la ascensión de Kenji hacia los cielos sin saber que, desde hace mucho, dentro del fujimorismo el piso está parejo para todos. Es decir, vale lo mismo la voz de Becerril, de Chihuán o la de un Fujimori. Ahora, a pesar de los esfuerzos por constituirse como un alternativa seria dentro del propio fujimorismo (de allí las columnas de opinión firmadas con su nombre en algunos medios) la irreverencia de Kenji no puede ser tomada en serio. ¿O sí?

Si se ratifica la expulsión de Kenji, el más perjudicado sería el Gobierno pepekausa. ¿Por qué? Los recientes informes periodísticos dan cuenta de que PPK habría hecho varios negocios con Odebrecht cuando era funcionario, durante el Gobierno de Toledo. En las próximas semanas hablará Jorge Barata ante el equipo que investiga el caso, una declaración que podría sentenciar al presidente. De comprobarse que PPK, a través de sus empresas, realizó consultorías a la empresa brasileña, su salida de la Presidencia sería inminente. El fujimorismo entonces votará a favor de la vacancia. Si Kenji y los expulsados, a los que se sumarían algunos más, intentan formar un bloque parlamentario no podrían votar en contra de una posible vacancia por la sencilla razón de que sería antipopular.

En todo caso, cuando el cientista político se rompe la cabeza y se pregunta dónde están los partidos debería sacarse las anteojeras ideológicas y posiblemente verá al fujimorismo. Aunque usted no lo crea.

 

Iván Arenas
31 de enero del 2018

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