LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¡Una nueva oportunidad de convergencia!
Ejecutivo presenta proyecto de ley para reconstrucción
Luego de los piropos intercambiados entre el presidente Kuczynski y Keiko Fujimori a propósito del vigésimo aniversario de la Operación Chavín de Huántar, debería producirse algún cambio en las relaciones entre oficialismo y oposición, entre Ejecutivo y Congreso. Es una necesidad irrenunciable para el país, el pepekausismo y el fujimorismo, más allá de que en ambos lados de la mesa haya extremistas que se opongan a los acuerdos, más allá de que una barra brava mediática cargue las tintas solo a uno de los lados e ignore las posibilidades de acercamiento. El pepekausimo lo necesita para desarrollar una reconstrucción exitosa, y también el fujimorismo para superar el yerro de no haber liderado la unidad nacional en la pasada emergencia.
Hoy se discutirá en el Congreso el proyecto de ley del Ejecutivo que establece lineamientos generales para el proceso de reconstrucción del país. La iniciativa propone crear una Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, que contaría con un director ejecutivo con rango ministerial y un directorio en el que participarían el Presidente del Consejo de Ministros y los titulares de Transporte, Economía, Agricultura y Vivienda.
El proyecto igualmente plantea un shock de simplificación administrativa y posibilita que los gobiernos regionales y locales puedan contratar con mayor flexibilidad que las regulaciones establecidas en la Ley de Contrataciones. También se establece el principio de supletoriedad en la gestión: si un municipio distrital no desarrolla una obra, lo hace el provincial. Y si no es posible, la asume el gobierno central.
En otras palabras, en el proyecto del Ejecutivo se conjugan tres apuestas: centralización, simplificación y agilidad en la reconstrucción. La oposición de sectores del Congreso no se ha hecho esperar: que no se debe crear un nuevo organismo ni un director ejecutivo, que la Contraloría debe acompañar las contrataciones del Estado y otras sugerencias.
Más allá de cualquier argumentación, el fujimorismo debería actuar poniendo la política por delante, sobre todo considerando que el proyecto no tiene mayores cuestionamientos técnicos y que cualquier gobierno urgido por resultados haría las mismas propuestas. ¿Qué significa poner la política por delante? Si bien es cierto que la barra brava mediática antifujimorista le está haciendo un enorme favor al movimiento naranja, porque inmuniza al fujimorismo ante la crítica, es evidente que la mayoría legislativa no debería volver a cometer el grave yerro en la emergencia: negarse a la unidad nacional. La reconstrucción demanda que la primera fuerza política extienda una mano generosa. No parece haber otra.
Además el fujimorismo también debería leer el mensaje detrás del proyecto: el Ejecutivo pretende que el Congreso también participe del proceso. En este contexto quizá sea inevitable que la mayoría legislativa plantee algunas condiciones, pero ninguna de ellas puede convertirse en una traba para el nuevo entendimiento entre el pepekausismo y el fujimorismo. Un entendimiento que, de prosperar, debería posibilitar un nuevo encuentro entre PPK y Keiko Fujimori.
Si se produce semejante escenario, el Perú habrá ganado un nuevo momento favorable para impulsar un ambicioso proceso de reconstrucción y relanzar el crecimiento de la economía; en circunstancias en que el caso Lava Jato y los desastres naturales, empujan a la baja todas las proyecciones nacionales e internacionales de expansión del PBI.
En este portal nunca nos cansaremos de repetirlo: se necesita un nivel de entendimiento entre el pepekausismo y el fujimorismo para emprender las reformas de segunda generación que el Perú precisa para superar la trampa de ingresos medios, relanzar el crecimiento y seguir reduciendo pobreza como en las últimas décadas. De lo contrario, la ralentización de la expansión económica significará que nuestra sociedad vuelva a aumentar pobreza y el pesimismo se desatará, a favor de las propuestas estatistas. Al respecto, vale recordar que durante las pasadas elecciones del 2006, del 2011 y del 2016, las propuestas antisistema de corte estatista casi ganan los comicios nacionales.
Un detalle que merece subrayarse: a contracorriente de los criterios de la mayoría de la media, consideramos que el sector que más necesita de esta convergencia es el pepekausismo, en la medida que el Ejecutivo representa a la tercera bancada del Congreso y que le resulta muy difícil desarrollar una reforma de fondo sin el apoyo político de la mayoría legislativa. ¿O no?
Víctor Andrés Ponce
COMENTARIOS