El relato progresista que preparó llegada del Movadef

Es incuestionable que el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef) –vinculado a Sendero Luminoso– influye decisivamente en la administración Castillo. De lo contrario, no se entendería el reconocimiento express de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación (Fenate), que ha abierto una virtual guerra con otra corriente comunista como Patria Roja –que dirigía el sindicato magisterial oficial hasta ahora–, más vinculada al eje bolivariano.

Asimismo, tampoco se entendería el nuevo decreto supremo que cambia el régimen carcelario y abre la posibilidad de que Abimael Guzmán y la cúpula senderista sean trasladados de la Base Naval a otros penales con regímenes carcelarios diferentes.

Y si a esto le sumamos que, en el sector educación –así lo indica todo–, se desarrollará una ofensiva para eliminar la carrera pública magisterial en base a la meritocracia, que se implementa desde hace tres periodos constitucionales, las cosas parecen claras. Eliminada la carrera docente se establecerá la estabilidad laboral absoluta y, a partir de allí, el magisterio se convertirá en una herramienta de adoctrinamiento de los nuevos pioneros de la sociedad del mañana. Es decir, se buscará a cualquier costo implementar una ideología oficial en la educación. ¿Para qué, si no es eso,, se busca acabar con la carrera pública magisterial?

La pregunta que surge entonces es ¿cómo hemos llegado a esta situación, si tres décadas atrás todos los peruanos, al margen de cualquier condición social, logramos derrotar al terror de Sendero Luminoso? La única explicación está en el relato, en la narrativa, que el progresismo desarrolló sin saber para quién trabajaba. El informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación –la biblia del progresismo sobre la reciente historia– estableció que durante la guerra contrasubversiva hubo “una violación sistemática de derechos humanos” y que en “el conflicto armado interno” hubo violaciones de derechos humanos por parte de Sendero Luminoso y las Fuerzas Armadas por igual.

No se necesita ser zahorí para entender que esta narrativa pretendía equiparar la violencia terrorista con la respuesta necesaria de nuestras Fuerzas Armadas para defender a los peruanos.

El progresismo logró que las nuevas generaciones rechazaran más al gobierno de Alberto Fujimori que a la ideología totalitaria y el terror de Sendero Luminoso. ¿Estos relatos, estas ideologías, tienen que ver con la tragedia actual que padece el Perú? Sin estas narrativas no se explicaría los acontecimientos de hoy. ¿O no?

De otro lado, el progresismo adoctrinó a las nuevas generaciones utilizando al Ministerio de Educación (Minedu) para imponer ideologías oficiales sobre el género, la reciente historia e incluso temas ambientales.

Ahora que el Movadef influye decisivamente en el poder, todo el software creado por el progresismo se utilizará para construir el relato comunista. En su mensaje presidencial, el presidente Castillo se fue hasta el Incanato para intentar sugerir una nueva narrativa sobre la historia. El informe de la Comisión de la Verdad ya fue, ya cumplió su papel.

Cuando el Ejecutivo declara en emergencia la educación y pretende eliminar la carrera pública magisterial, es evidente que todo el software progresista de las ideologías oficiales en la educación ahora será recreado para formar a las nuevas generaciones de pioneritos del mañana. Los progresistas no lo saben porque se alejan de la filosofía, pero siempre fueron neomarxistas. Y quizá hoy entiendan que trabajaron para la llegada del comunismo más ortodoxo.

A recapacitar y entender que las mejores tradiciones liberales y conservadoras nada tienen que ver con el progresismo.